lunes, 12 de mayo de 2014

ÍNDIGO, REGGAE DE RAÍZ / SUENAN LAS FIBRAS DE LA FELICIDAD

Por Santiago Pfleiderer, diario Alfil, martes 29/04/14
san.pflei@gmail.com
íNDIGO rEGGAE rAIZ Otro Oportunidad (1)Imaginen playas eternas de arenas finas y blancas como el azúcar impalpable, como la harina. Un cielo tan azul que se confunda con la profundidad transparente del mar. Palmeras, palapas y el trinar de la naturaleza silvestre. Pequeños puestos de palmera y caña, y hombres y mujeres mezclando y sirviendo los dulces frutos de la tierra con sus fermentaciones etílicas, esos néctares que siempre nos pusieron un poquito más cerca de los dioses. Un atardecer rojo y anaranjado y dulces sonidos que vienen de la lejanía. Las sonrisas y los cuerpos se mueven como guiados por un ser celestial.
Es que el reggae es una música que nace del ritmo profundo del fuego, de las maderas y de las pieles que los antiguos hombres del África habían depositado en tierras jamaiquinas. Con una búsqueda sencilla y de ruptura, el sonido del reggae se fue aggiornando a la realidad de Jamaica para ser la música de los dolores y de los cantos más hermosos a las divinidades. El blues, la bossa-nova, el tango y la zamba –al igual que el reggae- mantienen ese espíritu de belleza nostálgica y melancólica.
Ahora imaginen un espacio verde, tan verde que pareciera que el universo fuera sólo de ese color. Tierras dulces de donde brotan la mayor cantidad de especies de árboles, montes frescos y un sol radiante. El aire que se filtra por las hojas y los enroscados troncos de la vegetación. Terrenos irregulares con piedras y plantas aromáticas. El secreto oculto de los silencios de las siestas y de las noches. Arroyos brotando desde los cerros y las lomas generando espejitos con el brillo de las vertientes. Desde las profundidades del monte suenan los tambores, las guitarras y los bronces. Quizá parezca un chiste, pero el paisaje y los aromas de las sierras también traen los sonidos del reggae haciendo vibrar y bailar a la gente. Es que es lo que tira, lo que amarra hacia la libertad: las raíces de los hombres, ésas que empujan hacia arriba.
Tal es la cuestión, que algunos de los integrantes de la agrupación Palo Y Mano –que muchos de ellos residen en Sierras Chicas- emprendieron hace algunos años otra veta musical vinculada a las músicas de raíz, y así surgió Índigo, un grupo que explora el reggae con la vista y los sentidos de un águila serrana. Desde el año 2005 esta banda viene sembrando su música y su poesía en diferentes lugares de la provincia de Córdoba. Índigo es una banda conformada por nueve músicos entre los cuales hay cuatro cantantes, guitarra, bajo, batería, teclados, saxo y trombón, ideal para recrear el sonido original de la música de la paz y del amor.
Desde una poesía que busca la sencillez, las letras de Índigo nos proponen un mundo armonioso donde el poder que reside en cada ser humano nos permita alcanzar la plenitud de nuestra vida en comunión con todos los elementos de la naturaleza. Hablan de la necesidad de redención, de un perdón que está en el compartir las pequeñas cosas que nos rodean. Es por eso, quizá, que Índigo ande yirando y mostrando las canciones de su material discográfico titulado Otra Oportunidad, un disco con diez temas en los que se recupera el sonido clásico del reggae de raíz –o del reggae roots- con gran fidelidad y excelentes arreglos instrumentales.
Índigo nos invita a pasarla bien, con buenas vibraciones. Hagámosle caso y seamos siempre un poco más felices. La música está para eso.

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