domingo, 10 de abril de 2016

MENTA SÁEZ Y SUS MENTOLES / EL RECUERDO REFRESCANTE DE LAS CANCIONES

Por Santiago Pfleiderer, diario Alfil, martes 01-10-14
san.pflei@gmail.com
canciones refrescantesLa otra noche, dando una vuelta por los bares de Güemes, me encontré sorpresivamente con una artista cordobesa que hacía mucho no veía. Ella, Natalia “Menta” Sáez iba acompañada de otra colega, la cantante Patrizia Quaglia. Entre charlas en la vereda y cigarrillos chisporroteantes, la noche -sin querer- se llenó de frescura primaveral en los callejones del barrio. Es que Menta me hizo retroceder unos años atrás cuando la conocí a ella y a sus Mentoles, y a su disco titulado Canciones Refrescantes, un disco cargado de historias personales, de reflexiones, de sentimientos y de pieles erizadas; un disco verde y lleno de frescura. Como la menta.
Vale aclarar que los Mentoles es una banda que ya no existe, pero si se animan a revolver algunas bateas de disquerías locales quizá puedan encontrarse con un disco bellísimo: Canciones Refrescantes. Así se llama ese material discográfico de Menta Sáez y Sus Mentoles. Es un álbum en el cual pueden paladearse diferentes sabores vinculados a las músicas populares latinoamericanas condimentados con pizcas de música electrónica. Boleros, cumbias, cuartetos y sonidos más cercanos al rock hacen de Canciones Refrescantes un disco para disfrutar sin prejuicios.
Las letras de los temas y el arte que grafica el álbum nos remite a una nostalgia o a un presente arraigado a la vida barrial, a una infancia, a una vida familiar; es un estado de introspección que se puede vivir bailando.
El disco está editado por la UMI (Unión de Músicos Independientes) en colaboración con el MuCC (Músicos Convocados de Córdoba), y cuenta con la producción artística del maestro Titi Rivarola (a quien extrañamos enormemente) y con la colaboración de varios artistas locales como Pez Bottiglieri (acordeón y coros), Cuchu Pillado (bajo), Titi Rivarola y Álvaro Ponce (guitarras), Jenny Náger (soniditos y coros), Vivi Pozzebón y Pelusa Rivarola (percusión y coros), Rufo Cruz (bandoneón), Galia Kohan, Elisa y Lucía Rivarola (voces y coros), y Amadeo Bottiglieri (risas y voz).
Sin embargo, para las presentaciones en vivo, Menta Sáez tuvo que armar un equipo de músicos jóvenes y talentosos que interpretaran las frescuras musicales que brotaban del disco y de la mente juguetona de Menta. Así, los Mentoles designados fueron María Antonella Cozzi en coros, Juanma Canizzo en guitarras, Pez Bottiglieri en guitarras y acordeón, Marcos Porras en bajo, Daniel Cáceres en percusión y Andrés Zalazar en batería.
Los recitales de Menta Sáez y sus Mentoles eran un aquelarre hermoso, una sesión de espiritismo que ojalá podamos volver a disfrutar pronto los cordobeses. Cumbias, boleros, cuartetos, reggae, aires de rock, tango y flamenco conviven en las canciones con una naturalidad pocas veces vista. La versatilidad de los Mentoles era admirable en el hecho de que su sonido no perdía identidad, fuerza ni brillo a pesar del itinerario rítmico y genérico al que estaban expuestos constantemente. La base conformada por Andrés “El Pelado” Zalazar en batería y por Marcos Porras en el bajo era firme y contundente como una montaña. El guitarrista Juanma Canizzo era un violero perfectísimo y humilde, y de una calidad musical inmensa tanto en las cuerdas de nylon como en el filo de las pedaleras. El acordeón, el charango y la guitarra de “Jimmy Peish” fueron, quizá, las marcas más fuertes en el sonido “mentol”, es decir, ese sonido mestizo y latinoamericano que identifica a la banda por sobre todas las cosas a pesar de los años. Y la parte histriónica de los espectáculos siempre estuvo apoyada fuertemente, no sólo por los coros, accesorios de percusión y segundas voces brillantes, sino también por una apuesta al baile y al acompañamiento gestual y vocal de la artista María Antonella Cozzi, única “mentola” de la banda y complemento especial para las actuaciones y para la voz áspera y grave de Natalia “Menta” Sáez. A todo esto se le sumaba un interesante vestuario que adornaba a los “mentoles” en los sucedidos aquelarres.
El barrio y sus colores, los mates convidados, los olores de las cocinas, los patios regados y los manteles de hule, los carritos de las vecinas, los altoparlantes, el amor escondido tras las verjas, el vino y los besos compartidos. Canciones Refrescantes se convierte en una mañana soleada, en el sonido del barrio. Es la cotidianeidad hecha poesía. Ojalá que córdoba vea más discos como ese y más bandas como los Mentoles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario