:: Texto: Santiago Pfleiderer
:: Fotografía: Agustina José
Era la noche del miércoles 24 de noviembre, y en la ciudad de Córdoba estaba a punto de desatarse uno de los espectáculos más esperados del año. El virtuosísimo violero Scott Hendersoniba a presentarse en el Espacio Quality junto al bajista Jeff Berlin y a Dennis Chambers, el mejor baterista del mundo, sin dudas. El súper trío de Jazz Rock y Fusión, conformado por tres de los músicos más virtuosos y versátiles de la escena del jazz mundial, tenía pautado un show para las 22h., pero la función se retrasó una hora.
A las 23 las luces del salón se apagaron y subieron al escenario los tres músicos llenos de un aura de magia y glorificación. Es que tanto Henderson como Berlin y Chambers han adquirido insuperable reputación en los años ´80 y ´90 al haber sido parte de grandilocuentes bandas de Jazz y Fusión, y gracias a medios alternativos como You Tube, han sido glorificados por toda una generación de jóvenes músicos y melómanos. Scott Henderson ha sido parte de la Chick CoreaElektric Band, y tocó con músicos de la talla de Joe Zawinul y Jean-Luc Ponty. Jeff Berlin tiene una sólida carrera musical, y Jaco Pastorius llegó a decir que era mucho mejor solista que él, además de ser considerado el mejor bajista del mundo por músicos como Marcus Miller. Y Dennis Chambers, sin dudas, es el batero más versátil, rápido y generador de buen gusto y musicalidad en la faz de la tierra: el tipo ha participado en infinidad de proyectos musicales, entre los cuales se encuentran trabajos realizados con artistas como Greg Howe, Billy Sheehan, Mike Stern, Victor Wooten y Carlos Santana.
El show comenzó sin detonar, pero con un groove que se presumía imparable. Al finalizar el primer tema, Jeff Berlin se animó a decir algunas palabras en un español casi perfecto, y aclaró que la demora en comenzar a tocar se debió a que se habían suspendido dos vuelos desde Neuquén –ciudad en la que habían actuado anteriormente- y que la gente encargada de la organización del evento pagó el alquiler de un jet privado para que los músicos estuvieran a tiempo en Córdoba y el espectáculo pudiera realizarse. El salón estalló en aplausos.
Scott Henderson empuñó durante todo el show una viola Suhr modelo Strato de color verde-agua, ejecutando cada nota con la palanca de trémolo y un over drive chicloso, haciendo gala de una inconfundible tradición ochentosa que lo inscribe a la par de bandas como Weather Report, pero con una impronta guitarrística marcada por Led Zeppelin y la épica viola de Jimmy Page. En el otro extremo del escenario se encontraba Jeff Berlin, un tipo gigante y con una onda pocas veces vista: fue interlocutor constante entre el público y la banda, contando chistes y aclarando situaciones de escenario. Berlin demostró ser uno de los solistas de bajo más contundentes y expresivos, llenando cada tema con walking bass similares a una locomotora y con todo el groovedel planeta, como cuando interpretó libremente algunos pasajes de “Tears In Heaven”, de Eric Clapton. Y si de groove estamos hablando, esa palabra le calza justa y enteramente a Dennis Chambers, el batero de conjuntito rojo, lentes y gorra que no deja un parche sin azotar. Su estilo es un derroche de buen gusto, arreglos sutiles y fuerza bruta, dueño de una técnica implacable y de una velocidad sin igual. Luego de cada solo de Chambers, el público llegaba al transe.
Fueron dos horas de explosiones incontenibles llenas de Jazz Rock, Fusión, Blues y Funk. Scott Henderson, Jeff Berlin y Dennis Chambers dejaron estampada el aura típica de los grandes, y el recuerdo de una noche que difícilmente podremos olvidar.
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