lunes, 12 de mayo de 2014

MANDRIL, ROCK DE CÓRDOBA / METAFÍSICA DE LA DISTORSIÓN

Por Santiago Pfleiderer, diario Alfil, martes 1/04/14
san.pflei@gmail.com
mandril2Recuerdo la siguiente secuencia: diciembre del año 2001, el poeta y periodista cordobés Omar Hefling (oriundo de la localidad de Canals) presentaba un nuevo libro de poemas titulado El Libro de las Peligrosas Insignificancias, editado por Narvaja Editor y con arte de tapa del artista plástico Julio Fabre. Diciembre de 2001. Editar un libro en esa época y bajo tales circunstancias no podía no ser un acto revolucionario. La presentación se realizó en un antro oscuro en la que hubo intervenciones, lecturas y venta de cervezas. El cierre de la velada estuvo a cargo de una banda que no conocía y que, desde entonces, significó para mí una bomba musical: Mandril.
Casi siempre se me da por escarbar entre las pilas de mis discos y sacudirme un poco el alma con esos sonidos que uno va dejando atrás en el imperante ritmo de la rutina. Y siempre esa experiencia se vuelve un momento revelador. 
Cuando ponemos un disco en la compactera, todavía sentimos la adrenalina, ésa ansiedad típica que nos invade antes de apretar el play y escuchar cómo suena ese primer tema. Y sí, poner un disco por estos días –para muchos- resulta algo obsoleto y extraño, es que la era del MP3 seduce al escucha a la descarga electiva de temas y a la posibilidad de que haya tantos corpus musicales como oyentes de música en el mundo, y más aún. Pero el disco es todavía la carta de presentación de millones de artistas alrededor de todo el globo, es el formato en el cual demostrar su sonido, sus letras y estética a través de su gráfica. Y si hay en Córdoba una banda capaz de explotarnos la cabeza desde ese primer tema hasta el último, y con la seducción imparable de un sonido abrasador e hipnótico, esa banda es Mandril.
Conformada por Jorge “Perro” Conesa (guitarras y voz), Germán “Ston” Mhün (bajo) y Guillermo Camusso (batería), Mandril es la banda con el sonido más valvular y subterráneo del rock de Córdoba. Luego de más de diez años de trayectoria, el grupo editó su primer material discográfico titulado Más Allá Del Sol, allá por el mes de abril de 2010, hace ya cuatro años.
Más Allá Del Sol es un álbum de rock pesado en el más amplio de los sentidos. La banda logra sonidos contundentes y con texturas diversas. Las guitarras de Conesa son las reinas indiscutibles de todo el disco; se imponen a la voz, al bajo y a la batería con riffs filosos como garfios y con armónicos hirientes. Hard Rock, Metal, Hardcore y Stoner son los sonidos por los que rondan los diez temas que conforman Más Allá Del Sol. La base de la banda nos remite a las más crudas detonaciones de esa Metallica noventosa y estridente, mientras que las violas y la voz nos pasean por sonidos más vinculados al Stoner y al post-Grunge, inclusive algunos pasajes de las guitarras tienen el salvajismo necesario que, en su momento, Zakk Wylde supo darle a Ozzy Osbourne en las más oscuras de sus rapsodias.
Las letras de Más Allá Del Sol dan cuenta de una constante e inevitable búsqueda de la subjetividad en un tiempo y en un espacio donde la personalidad vive en Apocalipsis. Imágenes simbolistas, esfumadas y borrosas, nos sitúan en la incertidumbre, en espacios irreconocibles y en despertares agitados. Mandril nos lleva a lejanas mesetas de cielos enrojecidos.
El primer material discográfico de Mandril tiene fuertes resonancias al rock alternativo de la Norteamérica de los años 90 y, por supuesto, se inscribe dentro de una vasta tradición musical ligada al rock duro. Mandril, con la colaboración del productor Ariel Arnaudo, logra en Más Allá Del Sol un micro-cosmos de energías, explosiones y búsquedas eternamente universales.

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