lunes, 12 de mayo de 2014

RETRATOS DE LA DESTRUCCIÓN

Por Santiago Pfleiderer, diario Alfil, martes 18/02/14
san.pflei@gmail.com
and1Muchas veces, los meses de enero y febrero no implican un vacacionar ni un relaje extensivo del cuerpo y del alma, aunque las propuestas laborales están íntimamente ligadas al deleite y al disfrute de las actividades turísticas y culturales que la temporada de verano ofrece en los diferentes rincones de la geografía cordobesa. Este verano, por ejemplo, tuve la suerte y el honor de formar parte del equipo de trabajo de Q Sulky, un espacio gastronómico y cultural de la localidad serrana de Icho Cruz, anclada al sur del Valle de Punilla, donde se inicia el camino de las Altas Cumbres. En espacios como éste, la renovación energética es tal que los astros y los chakras se alinean para dejar abiertas las puertas de la percepción a todos los guiños positivos que el entorno tiene para tirarnos, dejando absolutamente de lado las malas energías y las diferentes contaminaciones a las que estamos expuestos la mayor parte de nuestras vidas.
Tengamos en cuenta lo que implica vivir en las sierras de Córdoba. Así como desde hace varios años, muchas localidades de Sierras Chicas –como Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo y Río Ceballos- se han convertido en el refugio de reconocidos artistas, como el pintor Carlos Alonso y el cantautor Raly Barrionuevo –por nombrar sólo a dos-, otras localidades serranas como La Cumbre, Capilla del Monte, Valle Hermoso, San Marcos Sierra, y otras tantas también se han convertido en el lugar predilecto de muchos artistas, cordobeses o foráneos, que buscan tranquilidad y la paz del paisaje para cocinar el guiso de la inspiración; uno de los casos paradigmáticos es la residencia “El Paraíso”, que el escritor y periodista Manuel “Manucho” Mujica Láinez tenía en Cruz Chica, hoy convertida en un hermoso museo. De la misma forma, otras personas vinculadas al arte y a la vida comprometida con el medio ambiente han elegido las pequeñas poblaciones del sur de Punilla para recalar y recrear desde allí sus maneras de ver y de entender el mundo.
Uno de los datos más importantes para entender la movida cultural del sur de Punilla es el encuentro Cultural de San Antonio de Arredondo, un espacio creado hace veinticuatro años por el Negro Valdivia, y que hoy sigue siendo motivo de encuentros y de reencuentros de cientos de artistas dispuestos a compartir su arte con un público extasiado. Uno de los retratadores del Encuentro, desde sus comienzos, es el reportero gráfico Charly Soto, que con su cámara a cuestas logra inmortalizar las más genuinas expresiones populares.
Charly Soto trabaja de manera independiente, y ha formado parte del staff de medios gráficos como Revista Veintitrés y el diario La Voz del Interior. Metido en las situaciones más adversas y en los escenarios más admirables, Soto logra captar con total naturalidad los reflejos instantáneos para eternizarlos a través de ese mágico juego entre la luz y la lente. Comprometido absolutamente con la cultura y con los problemas de la tierra, este fotógrafo guarda un currículum envidiable y un millón de historias para compartir.
En el año 2010, Charly Soto y el cronista Cristian Maldonado estaban haciendo una investigación periodística sobre la instalación de la empresa minera canadiense Yamana Gold (“Agua Rica”) en la localidad catamarqueña de Andalgalá. La provincia de Catamarca hace más de 15 años que viene sufriendo el flagelo de la mega minería a cielo abierto desde que empezó a funcionar la mina Bajo de la Alumbrera para la extracción de cobre y otros minerales.
Luego de organizar la resistencia, muchos habitantes de Andalgalá decidieron impedir el paso de las maquinarias y de las camionetas de Agua Rica. Cortaron el camino y se formó la Asamblea El Algarrobo (en honor al árbol que está donde se iniciaron los cortes). El 15 de febrero del 2010 hubo una feroz y brutal represión por parte de la policía contra los asambleístas y contra los habitantes que estaban reclamando por su derecho a la no contaminación de la cuenca del río Andalgalá y a la utilización del agua para los recursos mineros. Desde ahí, el clima de tensión y de aguante por parte de los habitantes se mantiene en estado de alerta. Matones, amenazas, abuso de poder policial y falta de respuestas del poder político hicieron que las asambleas fueran cada vez más importantes.
Cada entrevistado es una lágrima, cada fotografía un cachetazo de la realidad. El trabajo realizado por Charly Soto y por Cristian Maldonado se ve reflejado en el libro Andalgalá: Crónica, un repaso minucioso de la resistencia y del dolor de un pueblo vapuleado por los intereses extranjeros. Una crónica excelente y detallada, e imágenes que hablan por sí solas. Un registro cabal de una lucha particular pero que puede extenderse a otros niveles. Datos, entrevistas y detalles de una realidad que golpea frente a las mentiras y a las promesas incumplidas de quienes fueron votados. “Andalgalá: La Perla del oeste catamarqueño. Eje de la minería provincial”. Eso rezan los carteles oficiales mientras por los diques de cola se filtra el agua envenenada del cianuro y de los minerales tóxicos matando campos, cultivos y llenando a la gente de enfermedades.
Charly Soto es un ejemplo de dignidad. Su trabajo como reportero gráfico ayuda a generar conciencia sobre el lugar donde se vive. Y acá, en las sierras de Córdoba, es necesario que viva gente como él.

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