martes, 29 de julio de 2014

BRUNO GLAUDO / LOS SABORES DE UNA VIDA COMPARTIDA

Por Santiago Pfleiderer, periódico La Unión Regional (de Sierras Chicas), julio de 2014
san.pflei@gmail.com
contratapa_bruno glaudo1Bruno Glaudo nació el 18 de diciembre de 1977 en Río Ceballos. En esa hermosa localidad de Sierras Chicas creció junto a sus padres y a sus dos hermanos; además, allí mismo se enamoró de Érica y tuvo cuatro hijos: Enzo, Sofía, Mateo y Giacomo.
Heredero de una amplia tradición de culturas donde lo culinario es un rasgo distintivo, Bruno Glaudo se dedicó a aprender y a poner en práctica sus conocimientos tradicionales empujándolos con algunos estudios y con la creatividad artística y el buen gusto que la cocina requiere.
Tuvo a cargo la excelente carta del hotel-restaurant El Naguán (Salsipuedes). Al tiempo que alterna sus columnas radiales en el programa Somos Camaleones (lunes a viernes de 13 a 15 hs por Nuestra Radio FM 102.3), Bruno tomó otra jugada importante y abrió un lugar para el deleite de la gastronomía y de la música en vivo en su Río Ceballos Natal: Rock & Food, ubicado en la hermosa loma de la calle Quisquizacate del barrio Cantegril. El lugar funciona como un mirador donde se puede apreciar toda la belleza de las sierras de Córdoba al tiempo en el que podemos disfrutar de exquisitas comidas y de los mejores shows, una propuesta única e integral en el corazón de Sierras Chicas.
-¿Estudiaste para ser Chef, o tu pasión por la cocina viene de la tradición familiar?
-Estudié en Azafrán y me especialicé en Capital Federal en el instituto de Gastronomía Alicia Berger y en el Instituto Argentino de Gastronomía. Mi inquietud por la cocina comenzó a los doce años. En casa el momento de alimentarse era una ceremonia, y pude disfrutar de recetas tradicionales italianas que traspasó mi padre a mi madre, las cuales resultaron mi principal influencia. De esta forma podría auto definir mi estilo gastronómico como “cocina de autor Argentina con reminiscencias italianas”.
La tradición familiar es la mayor de las influencias a la hora de hacer un ranking de importancia. Los recuerdos son el principal motor para inspeccionar a la hora de cocinar: un olor, un sabor, lugares o sonidos pueden ser mágicos, te pueden transportar automáticamente a momentos importantes e irrepetibles.
-¿Qué te inspira de Sierras Chicas para la elaboración de tus comidas?
-Yo nací y me crié en Río Ceballos, donde funciona mi restaurante Rock & Food, que es un edifico de 1960, el cual era visitado por mis padres antes de que yo naciera. Luego decidieron construir mi casa paterna al lado de esta confitería, por lo hermoso de la vista y el paisaje. Crecí en este lugar, jugué toda mi infancia con mis hermanos y amigos, y ver hoy jugar a mis hijos en este espacio es muy inspirador. Sierras Chicas ha crecido mucho como polo de micro-emprendedores, hay variedad y calidad de productos regionales: truchas, quesos, fiambres, blends de hierbas serranas (infusiones) y hasta un criadero de ñandúes. Este combo, sumado a la gran cantidad de artistas talentosos que surgen, es una muy importante fuente de inspiración.
-¿Pensás en la salud de los comensales?
-Es imprescindible adecuarse a las necesidades socioculturales y sanitarias para cocinar. Desde la selección de los productos como así también el uso consciente del sodio y las grasas trans, se logra un equilibrio nutricional en la creación de platillos y menúes. También hay una gran tendencia a los alimentos orgánicos. La correcta manipulación de alimentos respeto a las cadenas de frío y la contemplación de dietas especiales para celíacos, diabéticos, veganos y ovo-lacto-vegetarianos, son temas cotidianos para mí. 
-¿Qué es lo que más disfrutás de entregarle a tu público?
-Me gusta cocinar de todo, la cocina criolla y la pastelería. Lo que más disfruto es poder brindar un todo a mis comensales, que los cinco sentidos estén involucrados, crear una experiencia de sensaciones. Ver a mis clientes disfrutando de un show artístico, totalmente dispuestos al deleite, con un servicio que los haga sentir contenidos y que el producto gastronómico supere sus expectativas. Que cada vez que giro la llave de mi negocio para abrirlo esté como nuevo, y cuando me despido de mis clientes me digan “voy a volver, hoy vivíalgo diferente en Rock & Food”. Eso es lo que más disfruto profesionalmente. Y cocinar para mi familia, por supuesto.

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