Por Santiago Pfleiderer, diario Alfil, martes 02-06-15
san.pflei@gmail.com
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Hay veces en las que la música nos da un revés: un mimo fuerte, en realidad, para que sepamos que no siempre está todo hecho, que no todo lo que escuchamos ya viene enlatado y hecho puré para que no tengamos que masticar ni pensar. Todo lo contrario. Por suerte, y generalmente desde los circuitos más subterráneos, suelen aparecer bandas que nos despeinan como un viento zonda en medio del desierto. Y ésa es la función de arte: alterar, ponernos en una confusa pero hermosa situación, cuestionar un poco lo que absorbemos diariamente. Y Gran Martell es una de esos grupos que, aunque parezca que están medio escondidos, marcan su presencia con una fuerza demoledora dispuestos a poner nuestros sentidos un poco más al límite.
Gran Martell nació en el año 2004 en Buenos Aires. Hay que pensar Buenos Aires como una ciudad que fue gestando semillas de enormes talentos reconocidos y admirados a nivel nacional y continental, y que si bien muchos de esos referentes eligieron dar pasos al costado en relación a la masividad, son figuras que siempre, de uno o de otro modo, han ido marcando el sendero y dejando muchas más semillas al costado del camino. Y estamos hablando de un grupo que supo erigirse en un momento de cambios en medio de tantas ruinas. Fue así que Tito Fargo, Jorge Araujo y Gustavo Jamardo le dieron vida a este trío sónico y estelar desde un lugar extraño y poco convencional, pero –a la vez- más cerca de las veredas y de la gente.
La banda editó tres discos: Gran Martell (2005), Dos Huecos (2008), y un disco doble titulado Un Volcán, la parte A del 2010 y la parte B del 2012, si bien este último puede considerarse un cuarto disco ya que la primera parte es más de tinte electroacústico y la segunda –lanzada con dos años de diferencia- recurre a un sonido más clásico y rockero.
Podemos decir que Gran Martell proviene de una tradición ligada al rock progresivo o experimental fundado en los años 60 y 70 por grupos como Pink Floyd, Led Zeppelin, Yes y King Crimson, y que el lugar que ocupan actualmente en el circuito de bandas argentinas junto a grupos como Pez, Ararat, Los Natas y Sur Oculto tiene que ver con una herencia de bandas como El Reloj, Pescado Rabioso, Orion’s Beethoven y otras del rock experimental argentino.
Tito Fargo (guitarras y sintetizadores) fue guitarrista de la primera época de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en los discos Gulp! y Oktubre, además de haber tocado también en Sumo y de haber producido enorme cantidad de bandas en Argentina y en España donde también realizó proyectos musicales de diversos géneros. Jorge Araujo fue, durante nueve años, el baterista insignia del poderío del rock nacional en Divididos, la aplanadora del rock, grabando junto a la banda cuatro discos inmortales y llenando miles de recitales. Y Gustavo Jamardo hizo temblar las tablas de los escenarios porteños junto a Porco, una banda con aires de noise y hardcore que ya tiene su misticismo, y cuyo cantante era nada más y nada menos que Gabo Ferro.
Estos tres animales del rock van a estar pisando suelo cordobés por tercera vez en un show único y absolutamente recomendable para los amantes de las buenas sesiones instrumentales, de los buenos solos y de esas colgadas psicodélicas que nos remiten a las mejores épocas del rock, pero que a la vez no abandonan el formato de la canción. Gran Martell vendrá a Córdoba el próximo sábado 6 de junio y actuará en Cocina de Culturas (Julio A. Roca 491). El espectáculo comenzará a las 22 horas. Las entradas anticipadas salen 80 pesos y las pueden conseguir en Cocina de Culturas, y el día del show costarán 100 pesos.
La música nos brinda nuevamente una oportunidad para romper prejuicios y para disfrutar de un momento que durará para siempre, porque las buenas experiencias se llevan marcadas a fuego.
Gran Martell nació en el año 2004 en Buenos Aires. Hay que pensar Buenos Aires como una ciudad que fue gestando semillas de enormes talentos reconocidos y admirados a nivel nacional y continental, y que si bien muchos de esos referentes eligieron dar pasos al costado en relación a la masividad, son figuras que siempre, de uno o de otro modo, han ido marcando el sendero y dejando muchas más semillas al costado del camino. Y estamos hablando de un grupo que supo erigirse en un momento de cambios en medio de tantas ruinas. Fue así que Tito Fargo, Jorge Araujo y Gustavo Jamardo le dieron vida a este trío sónico y estelar desde un lugar extraño y poco convencional, pero –a la vez- más cerca de las veredas y de la gente.
La banda editó tres discos: Gran Martell (2005), Dos Huecos (2008), y un disco doble titulado Un Volcán, la parte A del 2010 y la parte B del 2012, si bien este último puede considerarse un cuarto disco ya que la primera parte es más de tinte electroacústico y la segunda –lanzada con dos años de diferencia- recurre a un sonido más clásico y rockero.
Podemos decir que Gran Martell proviene de una tradición ligada al rock progresivo o experimental fundado en los años 60 y 70 por grupos como Pink Floyd, Led Zeppelin, Yes y King Crimson, y que el lugar que ocupan actualmente en el circuito de bandas argentinas junto a grupos como Pez, Ararat, Los Natas y Sur Oculto tiene que ver con una herencia de bandas como El Reloj, Pescado Rabioso, Orion’s Beethoven y otras del rock experimental argentino.
Tito Fargo (guitarras y sintetizadores) fue guitarrista de la primera época de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en los discos Gulp! y Oktubre, además de haber tocado también en Sumo y de haber producido enorme cantidad de bandas en Argentina y en España donde también realizó proyectos musicales de diversos géneros. Jorge Araujo fue, durante nueve años, el baterista insignia del poderío del rock nacional en Divididos, la aplanadora del rock, grabando junto a la banda cuatro discos inmortales y llenando miles de recitales. Y Gustavo Jamardo hizo temblar las tablas de los escenarios porteños junto a Porco, una banda con aires de noise y hardcore que ya tiene su misticismo, y cuyo cantante era nada más y nada menos que Gabo Ferro.
Estos tres animales del rock van a estar pisando suelo cordobés por tercera vez en un show único y absolutamente recomendable para los amantes de las buenas sesiones instrumentales, de los buenos solos y de esas colgadas psicodélicas que nos remiten a las mejores épocas del rock, pero que a la vez no abandonan el formato de la canción. Gran Martell vendrá a Córdoba el próximo sábado 6 de junio y actuará en Cocina de Culturas (Julio A. Roca 491). El espectáculo comenzará a las 22 horas. Las entradas anticipadas salen 80 pesos y las pueden conseguir en Cocina de Culturas, y el día del show costarán 100 pesos.
La música nos brinda nuevamente una oportunidad para romper prejuicios y para disfrutar de un momento que durará para siempre, porque las buenas experiencias se llevan marcadas a fuego.
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